[...] La presencia del autorretrato sigue siendo una constante en el trabajo. Creemos en eso de pinta tu aldea y pintarás el mundo. Pintamos nuestras humanidades porque es lo que tenemos al alcance de la
mano y es lo que mejor conocemos, como así también donde mayor carga emocional y psicológica podemos transmitir. No nos pintamos a nosotros por vocación ególatra, más bien solo como otro material más
de trabajo. Nosotros y nuestro mundo hacen las veces de actores en aquellas situaciones y conceptos que deseamos expresar. Sí sucedió que prácticamente abandonamos la utilización de modelos desconocidos. Aunque suene a cliché, realmente creo que cualquier cosa que hagamos tiene un componente de autorretrato. Además, usar nuestra imagen como carne de cañón nos permite no señalar con el dedo a nadie.
—Mondongo, 2013
Retratos Metafóricos, 2018—2022