Tener un mundo, 20112012

A la deriva, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Bajo pena y cada padecimiento corre un júbilo de hilo de seda, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Descenso al maelstrom, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Tumba, 2011

Plastilina y otros elementos sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Caja II, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo, 2011

Plastilina y otros elementos sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Solaris, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

El pecado es todo aquello que no es necesario, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Tener un mundo II, 2011—2012

Plastilina y otros elementos sobre madera

111,5 x 82,5 x 55 cm

Caja III, 2011

Plastilina sobre madera

82 x 111 x 55 cm

Tener un mundo I, 2011—2012

Plastilina y otros elementos sobre madera

148,5 x 98 x 59,5 cm

[...] Creo que aparte de la imagen artística, la humanidad no ha inventado nada de manera desinteresada. Y quizás por eso realmente el sentido de la existencia humana consista en la creación de obras de arte, en el acto artístico, ya que este no posee una meta y es desinteresado. Quizás se demuestre precisamente en ello que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Estamos subvirtiendo las naturalezas muertas de la pobreza y la abundancia que te enviamos hace un tiempo, poblándolas de pequeños fantasmas inspirados en la novela gráfica de Max Ernst La mujer 100 cabezas, que a su vez estaba realizada con collages de xilografías de infinitas procedencias. También experimentando con un cuadro pintura-pintura de una escena solitaria y psicológica de una mujer tendida en una cama enfrentándose consigo misma y, en su espalda, se abre literal y realmente un túnel de cincuenta centímetros de profundidad, una cita a la nave mental de la película Solaris de Tarkovski.
—Mondongo, 2013