Serie Roja, 20042007

Serie Roja I, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja II, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja III, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja IV, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja V, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja VI, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja VII, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja VIII, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja IX, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja X, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XI, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XII, 2004

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XIII, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XIV, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XV, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XVI, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XVII, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XVIII, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XIX, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Serie Roja XX, 2005

Plastilina sobre madera

100 x 100 cm

Díptico Serie Roja I, 2008

Plastilina sobre madera

100 x 200 cm

Díptico Serie Roja II, 2007

Plastilina sobre madera

100 x 200 cm

Díptico Serie Roja III, 2008

Plastilina sobre madera

100 x 200 cm

Díptico Serie Roja IV, 2008

Plastilina sobre madera

200 x 300 cm

32 Caperucitas con canasta vacía, sin lobo, 2004

Plastilina sobre madera

200 x 300 cm

Dancing With Myself, 2006—2007

Plastilina sobre madera

200 x 300 cm

Canasta, 2007—2009

Plastilina sobre madera

200 x 300 cm

Serie Roja Oval I, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval II, 2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval III, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval IV, 2006

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval V, 2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval VI, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval VII, 2006

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval VIII, 2006

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval IX, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval X, 2006

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XI, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XII, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XIII, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XIV, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XVI, 2006—2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XVII, 2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

Serie Roja Oval XVIII, 2007

Plastilina sobre madera

70 x 50 cm

SERIE CAPERUCITA
Igualmente significativa es la serie en torno a Caperucita Roja, que ha ido creciendo a través de los años. He escrito sobre este trabajo en varias ocasiones: se presta a lecturas múltiples. Es la versión contemporánea de una historia de hadas en tiempos post-freudianos en los que nadie cree en la posibilidad de semejante inocencia melindrosa. El relato de Mondongo elige generar imágenes en varias direcciones, como hilos del discurso, manteniendo los personajes pero no necesariamente los núcleos narrativos del cuento, como para vincular el mundo en un todo precipitado y descreído. Hay una palpable tensión erótica en la relación entre el lobo y la niña, y hay también un afecto paternal real en el que intentamos creer pero finalmente no podemos. Se trata más bien de un preludio desesperado, la tensión de intentar mantener cosas a raya. El lobo está al acecho y cuando una avalancha entera de Caperucitas Rojas aparece sobre el puente, a todos nos parecen niñas camino al cadalso.
La lúdica alteración de nuestras formas aceptadas de discurso y comprensión, característica de gran parte del trabajo de Mondongo, crea situaciones en las que el juego de la ironía como estructura perturba el contenido. Mondongo sabe, afirma, intuye o simplemente se pregunta si la vida contemporánea no será una forma incipiente de daño cerebral o las vulgares consecuencias de una enfermedad desaforada, ciega y fuera de control. Lo que esta serie propone es una interpretación no tanto visual sino imaginativa. Recuerdo aquí algo que Jerome Klinkowitz escribió sobre Donald Barthelme, autor que con frecuencia he asociado al trabajo de Mondongo. Klinkowitz sugiere que las imágenes o viñetas que forman una novela (o, en este caso, una serie pictórica) son “no tanto argumentos convencionales en la dialéctica de la forma, sino más bien vol- canes imaginativos, medidas radicales para salvar ciertas experiencias que de otra manera podrían erosionarse sin la pérdida de nuestros estándares tradicionales. En este sentido, él [Barthelme] es contrarrevolucionario, pues se opone a la nueva lengua de la tecnología y la manipulación con la defensa del interés y la imaginación aparentemente pasados de moda. En un nuevo mundo, los viejos valores deben expresarse en una forma nueva. En épocas inconsecuentes e irracionales, las formas de Barthelme reestablecen los valores de la imaginación: el rescate se realiza con la más fina atención al arte”.
Obviamente, es difícil precisar cuáles son estos “valores de la imaginación”, pero en el caso de Mondongo son en parte psicológicos y en parte socioculturales. Su versión de Caperucita Roja es relatada por uno de los protagonistas, tanto narrador omnisciente como sujeto tácito. Uno de los problemas de nuestro mundo es el intento de imaginar algo mejor que el texto en el cual estamos incluidos. Todos, sospecho, estamos esperando el rescate. Todos tenemos que enfrentar.
—Kevin Power, 2010